Mi abuelo masajeaba y me dio este bombín
Yo no puedo regalarte nada para que enseñar al mundo como él, eso me hace ponerme triste, porque querría hacerlo y no puedo.
Sólo puedo (y prometo hacerlo), regalarte algo de mí y que nunca hice, pensándolo bien nunca te regalé una pajarita de papel. Prometo entonces la semana que viene ir a verte un día, y aunque no la puedas tocar o mirar, prometo pegarte con celo una dorada muy bonita.
Me gustaría también presentarte de paso a alguien que no concerás nunca, pero eso es otra historia...
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