Cambios de humor

Llegas a casa, cabreado, con ganas de llorar de rabia, sin ganas de hablar con nadie alrededor, te comes un caramelo, suena el móvil, es una de las personas a las que pensabas llamar dentro de no mucho tiempo, el suficiente para que el teléfono se cargue un poco para irte a pasear solo y fumarte un cigarro.

Hablas poco, pero suficiente, dándote cuenta de cosas que no te gustan en exceso pero no te importan porque las tienes asumidas desde hace tiempo.

Decides dar una vuelta, llamas, comunica, decides ir a una gasolinera a por una lata de Coca-cola, por lo de "la chispa de la vida" debe ser, a ver si te endulza algo la tarde.

Vuelves a llamar después de haber recibido una perdida que significa que ya no comunica, hablas como si fuera algo de todos los días, con una sonrisa en la boca, lamentándote no estar hablando mientras tomas un café.

Llegas a casa, huele diferente, o al menos el olor lo interpretas de otra manera, sigues teniendo ganas de llorar para descargar toda la tensión de antes, pero esta vez, lo haces mientras ríes.

A veces, los cambios de humor son buenos.

Gracias por "endulzarme" el día.