¿Vida de cine o cine de vida?... O ninguna de las dos
A estas horas, ya amaneciendo y yo aún despierto, pensando, como es costumbre.
Alguien me dijo un día: "si quieres respuestas búscalas en el cine". Reconozco que esta frase no tiene mucho que ver, pero tenía que introducir el tema. Acabo de ver una película, típica comedia romántica, eso sí, los clásicos, Billy Wilder para ser exactos, que tengo que mantener mi imagen de raro.
La historia... la de siempre. Chica quiere chico, pero chico está casado y no hace más que dar ilusiones de que va a dejar a la esposa. Por otro lado chico quiere a chica, pero ella está enamorada de otro que le hace sufrir y a él eso no le gusta.
Final: Chico deja a mujer para estar con chica y chica no quiere. Por otro lado, chico consigue que chica no sufra. En la peli en ningún momento aparece que chico y chica acaben juntos, curioso final.
Acabada la peli no se si soy el chico, la chica, el chico o todo a la vez, seguramente como siempre empecé siendo un personaje, pasé luego a otro y después acabé siendo otro, no sin antes haber cambiado de parecer cuarenta veces.
Acabada la historia (o no, como en la peli), aún no se que papel de la película he jugado exactamente. Como en la peli creo que arrojé la llave equivocada, lo malo es que el que tira la llave y piensa que se equivoca, al contrario de la peli es la misma persona... (Ya se que la frase es difícil de entender, pero escribo para mí, no para que la gente lo entienda)
A menudo la gente se pregunta: "¿Por qué la vida no es como en las películas?", me sorprendo entonces diciendo otra frase que me dijo otra persona hace menos tiempo: "La vida sin obstáculos sería un aburrimiento", el por que la dijo ya no tiene ningún sentido, pero creo que es aplicable eternamente.
Sin embargo, creo tener otra respuesta a esa pregunta y que casualmente me dijo la primera persona: "El mundo entero es un escenario", así que creo que por muchos giros de guión que de la vida siempre acabará bien, al menos eso suele pasar con las pelis malas y no creo que la mía sea para merecer un Oscar.
Mientras tanto la vida, la película y la historia sigue sin terminar... y sin escribir, decidiendo el próximo giro de guión.